Cuando la gente no vale la pena.

La gente, como cambia la gente ¿cierto? de pronto creemos tener cerca a quienes queremos, les damos todo, a veces hasta hacemos demás por ellos, escuchamos, vemos y callamos, los protegemos y nos preocupamos por ellos, generamos un halo de amistad al rededor de ellos que a veces ni preguntamos ni averiguamos si nos corresponden... y de pronto te das cuenta que todo aquello que tu piensas... en realidad no existe.

De pronto las miradas cambian, el trato cambia, empiezan las murmuraciones, los saludos son escuetos y en algunas ocaciones, nulos... los grupos se cierran y uno queda de pronto fuera... es ahi cuando uno debe saber retirarse y ver que todas esas personas realmente no valen la pena...

Así como ellos se pusieron de acuerdo siempre bajo el mando de un gran maipulador, así hay muchos otros que no se dejan llevar y piensan, se acerca y preguntan, no solo miran, callan e ignoran con desprecio...

Tanto brindar apoyo, tanto escuchar, tanto querer... de que sirve si de pronto eres el objeto de rechazos sin razón, si eres víctima de uno y sus seguidores te lapidan y terminan por enterrarte....

En fín, tengo a mi lado a quienes tengo que tener, a mis amigos verdaderos, incondicionales, racionales, esos que a la menor duda, preguntan; esos que te advierten para ayudarte; esos que te buscan cuando estan afligidos; esos que te buscan cuando te extrañan; ellos... los amigos de verdad.

La verdad nos hará libres a todos, las mentiras y los engaños al prógimo solo causan encarcelamiento en el alma, y este mismo encarcelamiento tambien es una recaida para aquel que se siente felíz.

Es doloroso enterarse que a alguien a quien se le brinda una amistad de pronto te traiciona señalandote como se señala solo a un villano, ¿con que fin? ja... simple sexo y ganas de quedar bien ante el mundo, es incleible que sto pase, pero asi son los que tienen el mal del titiritero, mientras pueda mover tus hilos eres bienvenido al circulo, pero cuando caminas por tu propio pié... de pronto te conviertes en el anemigo publico número uno, afortunadamente la gente sabe disernir.

"a veces tenemos tanto miedo a perder, que mentimos y dejamos mal a otros para no mostrarnos vulnerables, guardamos secretos y somos deshonestos, despues de todo cuando uno está tranquilo es por que ya buscó a quien hecharle la culpa de nuestras propias porquerías." Autor Desconocido (pero que tino ha tenido)