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jueves, enero 04, 2007

“El vagabundo que olvidó amar”

Corría el año de 1903, en un pueblo poco conocido del aun en desarrollo Estado de Yucatán, la economía era creciente, y los embarques españoles que se entraban por la península traían toda una oportunidad para los comerciantes que aprovechaban todas las casualidades para hacerse de un patrimonio y tratar de asentarse de la mejor manera en un lugar que prometía mucho futuro para los que lograsen establecerse.

Era un abril maravilloso, con un viento frió pero agradable, en un expendio trabajaba Josué, un muchacho sencillo vivaracho y gentil; a su negocio acudía mucha gente, pues su trato era bueno, a la gente le caía bien por lo que lo frecuentaban.

Una noche, llegó al expendio una muchacha que Josué nunca había visto e inmediatamente sintió una tremenda curiosidad por saber quien era esta enigmática dama. Pasaron las semanas y poco a poco la información se filtraba hacia Josué mientras que aquella mujer de preciosos ojos y boca menuda pero incitante se acercaba y se dejaba conocer...

Llegó el mes de Mayo y él por fin conoció a Linda, aquella bella clienta de su local, que regresaba todas las noches a verlo y a platicar un poco en la puerta de su establecimiento. Mientras pasaban los días ellos se unían más, sus corazones empezaron a latir fuertemente y cada día agarraban el mismo ritmo, hasta que por fin en julio, ese amor que fue creciendo a pasos agigantados se consumó en un beso, un beso calido en la cobijados por la oscuridad de la noche e iluminados solo por la tenue luz de un farol.

El muchacho no se hizo esperar por nadie y presumía con gran felicidad a todo cuanto viera que el amor por fin había entrado por su puerta y lo llenaba de gozo... y era de imaginarse pues su pasado amoroso era para devastar a cualquiera...había sufrido tanto en el pasado que una nueva posibilidad de enamorarse no estaba en sus planes… no pensaba en el amor, no quería saber nada del amor, pues sus heridas lo habían vuelto ermitaño, pero eso Linda hizo que lo olvide.

Pasó un año, un año de gozo y felicidad continua, pero los azahares del destino y la cruda situación económica del momento llevaron a Josué a la banca rota, al grado de dejar su negocio… aquel joven fue presa de la crisis y ahora no tenía nada, vivía apartado en una casucha azul tratando de recoger los pedazos de lo que alguna vez tuvo, viviendo de trabajos eventuales, mal comiendo, mal viviendo, sin dinero ni aspiraciones pero feliz por que Linda a pesar de todo seguía a su lado… se amaban tanto que juraban no separarse jamás.

Cierta mañana de un marzo de 1904 un poderoso hombre tocó a las puertas de la casa de Josué, era un político muy importante, quien por cierto sabía de las capacidades mercantiles del muchacho, entonces lo contrató para su beneficio con la promesa de un sueldo sustancioso.

El joven caído y al borde de la desmoralización, no se hizo de rogar e inmediatamente aceptó el trabajo, pues por fin podría resurgir de sus cenizas y darle a su amada todo lo que necesitaba....Pero fue justo ahí donde empezó el calvario...

Josué se empezó a desinteresar de todo, pues en su nuevo trabajo tenía que atender a mucha más gente y por la naturaleza de su empleo, tenía que contender con muchísimas cosas nuevas que nunca había vivido, pleitos verbales, estrés, disputas por tierras, reclamos de la gente que aun vivía en crisis... su único consuelo era ir a casa de su amada y descansar para liberarse de todo lo que cargaba durante el día…

No obstante, cada día que pasaba convertían a aquel hombre en un ser apático y cada vez más desinteresado, su sentido del humor cambiaba constantemente, la situación de su trabajo lo tenía con los pelos de punta, pero nunca se atrevió a decirle nada a su amada mujer, pues pensaba que no tenía por que hacerle la vida difícil a ella, y continuamente se tragaba el llanto de la impotencia por no poder hacer nada para ya no sentirse así.

Se empezó a hacer de dinero, suficiente como para empezar a mantener a Linda con lo mejor de lo mejor, a ella nada le faltaría, todo cuanto deseaba lo podría obtener... pero una cosa empezó a faltar... amor...

Josué se empezó a preocupar tanto por que a su dama no le falte nada, que se empezó a olvidar de ser una pareja para ella, se le olvidó enamorarla, reinventarse, ser detallista… ser simplemente aquel hombre del que Linda se había enamorado, ahora se convirtió en un simple proveedor de bienes... y pasaba tanto tiempo con sus amigos platicando de los problemas del trabajo y tratando de entretenerse en otras cosas… que fue olvidando demostrar su amor hacia su amada..

Con el tiempo Linda empezó a involucrarse en un negocio propio de manualidades, era pequeño pero con muchas ganas de salir adelante y ahora ambos estaban juntos pero separados por las preocupaciones de cada quien.

Una mañana de Noviembre Linda conoció a un hombre nuevo; Marcial; era un comerciante foraneo, pocas veces venía al pueblo, era humilde pero tenía el mismo rubro que Linda y hablaban el mismo lenguaje, mientras que Josué se dedicaba mas a asuntos políticos y de grandes pleitos... poco a poco bajo sus narices, Marcial se empezó a meter en la cabeza de Linda, bajo el manto de una amistad, se fue adueñando de los sentimientos de la mujer... y de pronto... todo cambio... ella empezó a maltratar a Josué, era arisca, fría, indiferente.... él empezó a notar algo extraño, pero no hizo mucho caso... tremendo y grave error...

A pesar de que nunca le fue infiel a Josué, ella sintió que había llegado el momento de romper una relación que se deterioraba de un solo lado de la balanza, mientras que él en secreto juntaba su dinero y se rompía el alma para lograr sus planes de unirse en matrimonio con la mujer de su vida, esa mujer se le escapaba de las manos… apantallada por una ilusión que poco valía la pena.

En vísperas de navidad del 1906 Linda reveló a Josué el terrible secreto que mantenía desde hacía un año; ya no lo amaba más, la costumbre de estar distanciados y de hacer siempre lo mismo en los pocos minutos que se veían a diario y la apatía se fue comiendo a aquel gran amor que se tuvieron al principio... y del cual ahora ella ya no sentía nada... solo un cariño vano en nombre de aquello "que fue"...

Josué al escuchar esas duras y reales palabras hecho a llorar como un niño, pues no podía creer todo lo que le estaba pasando, iba a ser navidad, y el tenía un anillo de compromiso grabado con el nombre de ella... lo venía planeando en secreto y ahora todo se estaba yendo a la basura... por la mente de Josué pasaron esos tres años y medio de alegrías, llantos, discusiones, faltas y aciertos... todo pasó por su mente, y en ese mismo instante... la llama del amor resurgió en el, pues recordó cual era su verdadero motor de vivir, ella, aquella muchacha que todas las mañanas compraba en aquel modesto establecimiento, esa, su Linda que hoy le destruía el corazón con esas palabras... y se dio cuenta cruelmente que él mismo en su afán de hacer feliz a su dama, la había descuidado….

Linda se lo había dicho muchas veces… la relación se estaba deteriorando… pero Josué siguió sin hacer caso pensando que lo que hacía estaba realmente bien… pero a ella, si bien es cierto que nunca le faltó nada material, si le hizo falta amor…

Josué miró a su al rededor y detrás de una casucha, vio a Marcial.... escondido y mirando fijamente la situación... esperando su momento de entrar en acción, entonces comprendió todo... estaba siendo cambiado por un sujeto que ofrecía un futuro incierto y escaso, mucho peor de lo que él había ofrecido… Pero Linda en su desamor así lo veía, ella ahora miraba en esa dirección y poco le importó ver a su antes amado revolcarse en el suelo en medio de un paro cardiaco....

Ella se fue caminando hacia la casucha, Marcial la tomo de la mano y mirando hacia atrás sonrió sarcásticamente mirando con maldad a Josué quien estaba hincado en el piso llorando y gritando de amargura y dolor, Linda no volteó si quiera a ver... ni si quiera brindó una oportunidad de enmendar la situación... simplemente se fue de la mano de aquel ladrón de amores....

Pasaron un par de semanas, Josué la buscaba desesperado aun con esperanzas de recuperar a su amada, ardía de amor por ella y se hacía cenizas con cada rechazo... pero se encendía de nuevo por la chispa de la esperanza... pobre e iluso hombre… simplemente no aceptaba que había perdido desde hacía mucho a la mujer que ama… una y otra…. y otra vez… Josué era rechazado… y solo se quedaba a veces mirando a través de la ventana de la casa de Linda, como ella miraba un par de cartas y sonreía… y las miraba con el amor que alguna vez lo miraban a el… era desastroso.. Aquel hombre era un manojo de celos y nervios que poco a poco lo llevaban al borde del desquicio…

Por las noches solo se escuchaban los pasos desanimados de un caballo, caminando lento con Josué montado en el… pasando nervioso frente a la casa de Linda, buscando un saludo, una mirada… alguna señal de vida… de cariño… de amor… alguna señal que de vida a su cada vez más dañado corazón…
El destrozado Josué no podía creer que había sido cambiado por una burda y estupida ilusión... Marcial era un viajero y se iba por meses y meses solo había comunicación por telegramas... pero Josué estaba ahí siempre y en todo momento... pero eso a Linda eso no le importó en lo más mínimo... simplemente a Josué ya no lo amaba ni lo quería ver, ni escuchar... no quería nada de el en cambio se fue a pescar ilusiones dejando postrado en el olvido un amor sincero y ahora reactivado más que nunca por el dolor de darse cuenta de sus propios errores... y el arrepentimiento

Los eternos amigos de Josué solo le decían “En realidad que tonto fuiste” “eso nunca debió pasar” “Como pudiste descuidarla tanto” "dale tiempo al tiempo" pero el tiempo se encargaba con cada minuto de asesinarlo y ahorcarlo, saber que hasta sus amigos le daban la razón a su mujer, se martirizaba todo el día y la noche pensando: ¿Donde estará? ¿Qué estará haciendo? ¿Que estará pensando? ¿Se acordará de mí? ¿Pensará en mí? ¿Sentirá al menos un poco de amor por mí? ¿Será tan cruel para no darme una oportunidad más? ¿Leerá mis cartas? ¿Algún día me buscará? ¿Qué dirá de mí? ¿Será esto... un sueño?... si es así… quiero despertar... ya no aguanto este dolor…

Él la visitaba con frecuencia, se tragaba las indiferencias cegado por el gran amor que aun sentía; hacía cosas estupidas, se pasaba horas enteras en las cantinas del pueblo tratando de ahogar sus penas, paseaba a caballo por días enteros sin rumbo hasta que alguien lo encontraba y lo regresaba... Josué se empezó a dejar morir... con el paso de las semanas la locura se fue apoderando de el; abandonó su trabajo y poco a poco su dinero lo fue convirtiendo en alcohol hasta que llegó el momento en que no tuvo un solo centavo para sobrevivir y empezó a mendigar por las calles…

Pasaron 2 meses... 3 meses... 6 meses... Josué era todo un alcohólico, vagaba por las calles, en la soledad del pequeño pueblo, a todas horas se podían escuchar sus cantos acompañados de su inseparable guitarra llenos de dolor con una voz dañada, áspera y aguardientosa y de pronto el llanto… un alarido de dolor como si alguien le estuviese arrancando el corazón en carne viva, seguido de un grito estremecedor que decía "¡LINDA TE AMO!" una y otra vez… ella ni se inmutaba.

Marcial regresó después de muchos meses, y al ver al pobre hombre tirado en el piso, se acercó con Linda tomada del brazo, Josué se incorporó tembloroso y con una sonrisa torcida y el rostro desfigurado... las lágrimas se le agolparon en los ojos y lleno de rabia, furia, tristeza y odio hacia aquel imbecil que todo le había quitado, el borracho se lanzó hacia aquel intruso pero de pronto en el aire del pueblo solo se escucharon dos disparos y el sonido de un cuerpo que caía indefensa y pesadamente al piso....

Josué quedó inmóvil, tendido de espaldas ... la tierra debajo de el se empezó a teñir de rojo mientras todo su cuerpo temblaba y su vista se opacaba lentamente, sus pulmones perforados se llenaban de sangre y poco a poco lo sofocaban... ante sus ojos se mostraron dos caras... eran Linda y Marcial que se besaban, lo miraban y se reían cruelmente... él no pudo soportar aquel cuadro, con el ultimo suspiro de sus energías sonrió… estiró su mano hacia su amada y le dijo con voz entre cortada y débil “Te Amo” y se dejó llevar… murió...

Linda desinteresada y pensando en él tan solo como un triste chantajista que nunca la supo valorar, que solo al ver que la perdía se le acordó que tenía una mujer a quien amar y que además por tonto se dejó matar, se tomó del brazo con su nuevo amor, y lentamente y sin vacilaciones, empezaron a alejarse… paso a paso, lento pero con firmeza y decisión.

La gente del pueblo era desinteresada de lo que pasaba, después de todo Josué ya era simplemente un vago borracho y demente, un buen samaritano, sin embargo, recogió el cuerpo de aquel hombre bañado en sangre, con olor a alcohol y nicotina... en la mano sostenía una estatuilla que el mismo talló en madera, era la cara de ella y en el bolsillo del pantalón un sobre sucio y dañado por el tiempo, en su interior un anillo de oro con una inscripción dedicada a la mujer de su vida y una carta que según se cuenta, decía algo así:


24 de Diciembre de 1906

- Querida y amadísima Linda.

No se amor como decirte esto, se que muchas cosas han cambiado pero créeme todo ha tenido una razón, me he matado por que no te falte nada, y procuro velar por ti todos los días, pero sé que me he alejado de ti y pienso remediar todo esto antes de que todo se pierda entre nosotros, me dolería mucho perderte. A mis amigos, cuando estoy con ellos, solo les platico de ti, de tus logros, de tu forma de ser que me encanta, así que gracias a su apoyo, me he decidido y hoy quiero pedir tu mano en matrimonio, pues quiero formar una bella familia contigo, pues te amo y no aguanto un día más para decirte que quiero que seas mi esposa, la madre de mis hijos, la señora de mi casa, la luz de mi camino.

Deja los problemas atrás y empecemos una vida mejor juntos, lejos de todos, lejos de este pueblo, empecemos de nuevo mi amor, empecemos a formar un camino que nos lleve a Dios y que nos permita realizarnos como personas, luego entonces, regresaremos para que los demás sean testigos dignos de nuestra felicidad y les contagiemos nuestro amor fiel y eterno.


¿Aceptas casarte conmigo?


Josué Alberto Cabrera Alvarado
Tu eterno enamorado.-

El samaritano hecho a llorar ante aquellas palabras... solo miró hacía el horizonte y mirando a Linda con furia le gritó: "algún día mujer, algún día en brazos del hombre que va contigo vas a sufrir un dolor inimaginable y te vas a acordar del amor que este pobre vagabundo te dio y te vas a lamentar para toda tu vida… ¡¡¡los maldigo a los dos!!!"...

Recogió aquel cuerpo inerte... y en el cementerio le ofreció la sagrada sepultura, en el sepelio solo acudieron el samaritano, el enterrador, dos cuervos, un perro y la presencia de Dios con un viento fuerte y el cielo despejado…

De Marcial y de Linda el pueblo nunca supo nada más, desaparecieron desde aquel día gris, se dice que al mercader se le vio vagando solo, borracho y sucio, castigado, presumiblemente terminó sus días trabajando como esclavo en algún barco español y fue vendido en el nuevo mundo… a Linda nunca se le volvió a ver…

La historia después de algún tiempo, se empezó a comentar… y poco a poco se le fue tomando importancia y desde eso, se viene relatando de generación en generación.

Pasaron ya 100 años de aquel suceso, y aun en las calles de esta ciudad los viejos cuentan la historia de “El vagabundo que olvidó amar” a sus nietos, para que siempre tomen en cuenta que a la mujer no solo se le hace feliz regalándole cosas, paseándola, acompañándola...

A las mujeres se les enamora día con día, uno debe reinventarse para ellas, ser todo lo que ellas esperan encontrar y nunca desatenderlas, este fue el error que cometió Josué, que solo actuó por amor, pero por el mismo amor olvidó amar y perdió el corazón, el alma y la vida por una mujer que alguna vez sintió lo mismo que el… pero con la costumbre de los días perdió la sensibilidad y aquel ardiente amor… se degradó a un desprecio frío e indiferente.

Se cuenta que aun en las noches de estos días, en el monte, en el parque abandonado, en las calles sin tránsito… se escucha el galopar de un caballo y un grito difuminado en el viento que grita lastimero “Linda, Te Amo, Te Amo… Te Amo…”

El espíritu de aquel hombre aun ronda por las calles de esta ciudad tratando de recuperar el amor que algún día por su propia culpa perdió, tratando de reencontrarse con su amor perdido hace más de un siglo, tratando de hallar esos labios.. Esa mirada, esa voz… esa sonrisa… ese “YO TAMBIEN TE AMO” que se desvaneció en brazos y labios de otro…

Es un espíritu chocarrero que dejó en su historia una enseñanza para las futuras generaciones de hombres y mujeres que creen tenerlo todo asegurado en la vida… los que tienen la oportunidad de escuchar o de leer esta historia del pasado, aprovechen la lección y nunca dejen de amar, nunca piensen que el darlo todo es suficiente, siempre hay algo más, saber escuchar, saber ser amigo, confidente, amante… ser pareja… eso se le olvidó a Josué y solo cuando vio perdido a su amor, reaccionó… pero siendo ya demasiado tarde….
-“Maldita cultura de dejarlo todo para lo ultimo, por eso se aprende de la peor y mas cruel manera… si tan solo hiciéramos todo a su debido tiempo, nada malo nos pasaría, pero ni modos, al parecer así nos gusta y tenemos que afrontar las consecuencias… con mucho dolor, con mucho dolor… ese es el castigo… ese es el precio a pagar...”-

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